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sábado, 17 de enero de 2015

LA PREOCUPANTE DECADENCIA DEL BARRIO DE SALAMANCA


LA PREOCUPANTE DECADENCIA DEL BARRIO DE SALAMANCA


Sr. Presidente de la Junta de Distrito de Salamanca: ¿Qué le hemos hecho nosotros a usted y a la excelentísima Alcaldesa de La Villa de Madrid?

El Distrito de Salamanca, comunmente conocido como “Barrio de Salamanca”, como usted bien conoce, recibe su nombre del impulsor del ensanche de Madrid, Don José de Salamanca y Mayol, estadísta y constructor que gestó a finales del S. XIX, aglutinando los barrios de Recoletos, Goya, Lista y Castellana y posteriormente Guindalera y Fuente del Berro su actual delimitación.

Sobre una reticular muy definida, amplias calles perpendiculares con manzanas de geometría sencilla, uniforme y modulada, se suceden en una escala equilibrada y repetitiva, emulando un damero perfecto con patios de manzana huecos, que permitían su uso como jardines y garajes privados, proveyendo de la consiguiente luminosidad y salubridad a las viviendas interiores.
Una normativa sencilla, vigilaba el cumplimiento de luces, alineaciones, calidades constructivas y alturas, la disposición de comercios y la ornamentación de calles y fachadas. Se dotaba al ámbito de un todo homogeneo, permitiendo la convivencia entre la arquitectura clásica y vanguardista y evitándo de éste modo la estridencia y los malos usos.
Las señoriales fachadas en muchos de sus edificios, la calidad comercial, la amplitud de  sus calles bien trazadas, sus aceras y cuidado mobiliario urbano, la permitían en su modestia, competir como un exponente de las áreas de mayor atracción en la red de las capitales europeas.
El barrio de Salamanca, era considerado a nivel nacional, y sin ánimo de desmerecer otros ámbitos, una de las zonas residenciales más elegantes y prestigiosas: embajadas, consulados, grandes almacenes, comercios de lujo, oficinas de representación, museos, restaurantes, hoteles y teatros, sin olvidar el Parque del Retiro, ofreciendo un abanico de actividades residenciales, lúdicas, económicas y comerciales dificilmente equiparables en cualquier otro ámbito de la ciudad.
No podemos olvidar, y éste punto es el más importante, la socieda madrileña que la habitaba y aún habita. Compuesta en su heterogeneidad, por familias adineradas y aristocráticas y las llamadas clases medias fundamentalmente. Moradores discretos, tradicionales, que encontraban en un barrio bien planificado y de notable factura de calidad urbana, las necesidades vivenciales que sus demandas precisaban.
Entre ellos, y sin ánimo de ser exahustivo como: el frontón de Recoletos, el Jardín de La Rosa, los llamados Campos Elíseos, el colegio de La Asunción, las Teresianas, las Dominicas, sus cines como el Cid Campeador, el Tivoli, Rialto, el teatro Goya, el dispensario de la calle de Goya aún existente y abandonado, sus cafeterías y circulos de reunión como California, El Roma, El Parador de Velázquez-Gregory,…. Todos ellos ya desaparecidos, y muchos, en las ultimas décadas.

Sus residentes, pese a la irremisible pero cuestionable evolución del barrio, continúan conviviendo en éste espacio, en un fragil equilibrio entre la presión comercial, turística e inmobiliaria y porqué no, ante un desigual trato tributario entre la decuación y el equilibrio en la prestación de servicios por parte de la administración municipal. Actualmente según los datos  del INE hay censados unos 165.000 vecinos.
Si Señor Concejal, llegados a éste punto, y por no extenderme más, vivimos en un barrio en trayectoria decadente, en donde el ayuntamiento que representa, abusa de la promoción que nuestro barrio con su nombre, morfología, infraestructuras y servicios proveen, con finalidades fundamentalmente comerciales, incidiendo además, por la ingente afluencia de público en general, en una degradación de su espacio público no compensada con un aumento del mantenimiento pertinente. La masificación de sus calles, y dicha degradación actúan como repelentes de “lo residencial”, invitando al refugio, si no al “éxodo dominical“ de los moradores que pueden permitirselo.
Disfrutamos y sufrimos un barrio durante el impás de las actividades lúdicas y comerciales de nuestros visitantes, que como ejemplo y de nuevo sin ánimo de ser exhaustívo, presenta las siguientes realidades:
Se produce una constante degradación de firmes, alcorques y vegetación ornamental que no es atendida en gran medida. Como ejemplo la Calle de Conde de Peñalver, Goya, Serrano, Velázquez, Hermosilla, …
El baldeo de aceras, sustitución o vaciado de papeleras, retirada de cristales, vasos,  botellas y desperdicios no es atendido con asiduidad. Como ejemplo la Calle de Ayala, Nuñez de Balboa, Velázquez, Alcalá, Diego de León, General Porlier, Jorge Juan y otras, ..
El comercio al pormenor los establecimientos hosteleros y de comida rápida disponen en las aceras sus basuras incluso dentro del horario comercial. Como ejemplo la calle de Goya, Hermosilla, Claudio Coello, Nuñez de Balboa, ..
La regulación de carga y descarga, también exige una revisión horaria que concilie la actividad residencial con la comercial, incidiendo en los horarios de descanso y complementando los aparcamientos con los de los residentes.
Los contenedores de residuos urbanos y de recogida selectiva, no reciben un mantenimiento adecuado y permanecen no sólo colmatados, sino mal colocados, sucios y con desperdicios a su alrededor, emitiendo malos olores incluso tras su vaciado. Como ejemplo la calle de Velázquez, Goya, Hermanos Miralles, …
La nueva reglamentación de terrazas y veladores, ha supuesto el fin del espejísmo de poder disfrutar las amplias aceras recien pavimentadas, en donde en muchas de ellas, la proporción de ocupación de las mísmas, es mayor que la dispuesta para el tránsito peatonal. Por no mencionar su estética ecléctica y su consolidación como construcciones en espacio público, por el aparataje de sus estructuras y maceteros. Incluso por su vigencia perenne de aquellas cuya actividad ha concluído. Otras, suponen verdaderos obstaculos urbanos y algunas reflejan una imagen más que cuestionable de infra-instalaciones. Hay casos en los que el viandante ha de pasear en “fila india”, sorteando cables y maceteros. Como ejemplo: terrazas en la calle de Jorge Juán, Goya, Velázquez, Ortega y Gasset, Alcalá, Ayala, …
La reposición del mobiliario urbano, placas conmemorativas y otras rotulaciones de interés, no responde a pautas estéticas o de entorno sino a criterios funcionales y baratos, como en el caso de los elementos en la calle de Goya, Nuñez de Balboa, Puerta de Alcalá y Serrano. Lugares singulares que requieren un tratamiento estético más acusado y acorde con la calidad constructiva del ámbito…
Podría continuar abundando en éste tipo de incidencias, pero tampoco quiero omitir otras muchas, que inciden sobre la edificación, como las causadas por la proliferación de oficinas y establecimientos hosteleros, comercios, clinicas y actividades complementarias a la docencia, en edificios residenciales. Como ejemplo, le comento las siguientes, muchas de ellas que  seguro conocerá:
La proliferación de compresores de climatización en fachada de comercios y edificios residenciales, produciendo ruídos, ambiente viciado y humedades en las aceras y fachadas; el rasgado de muros exteriorios y modificado de huecos de ventana;
La colocación de grandes equipos de climatización en los patios de ventilación y de luces, y  condensadores, cuyos ruidos, vibraciones y la emisión de aire viviado son elementos de dificil convivencia en el ámbito residencial, y cuya colocación se debería limitar por estética y salubridad a las azoteas, y canalizarse debidamente.
Las chimeneas pseudo indusriales colocadas en patios de luces y de manzana, muchas de ellas además de precaria construcción.
Los recrecidos ilegales en patios interiores y cubiertas de la edificación, que ya han provocado en algunos casos problemas de acceso para atajar incendios fortuítos en cocinas de dichas instalaciones, …
No quiero abundar más, Sr. Concejal del Distrito. Del mismo modo que ustedes defienden desde su ámbito institucional una Ley de Capitalidad, yo le solicito que nos proveea de una normatíva que mejore, no ya sólo la conciliación en la diversidad de usos en nuestro barrio, sino que extreme la mínima incidencia de éstos, hacia los residentes.
A su vez, que en vez de gravarnos fiscalmente de forma extraordinaria por nuestra ubicación, tanto en los impuestos locales como el IBI y la Tasas de Basura, por estar radicados en una de las area con mayor coeficiente impositivo de la ciudad. En otros casos por la incidencia de edificios oficiales y de representación y el flujo continuo de visitantes, en la tarjeta de residentes-ORA, en el Impuesto de Circulación de Vehiculos e incluso en las tasas y permisos para la licencias de obras y de éste modo, podamos ser beneficiarios activos por mantener vivo, habitado y atractivo para el turísta y los futuros residentes nuestro barrio. Sería interesante conocer la recaudación municipal por distritos, atendiendo a los diferentes usos y peajes dispuestos y como se aplican en el mantenimiento y amejoramiento de los servicios.
Sin otro particular, y a la espera que el presente escrito permita una reflexión al respecto, reciba un cordial saludo

                                                                                   Martin Sainz-Trápaga y Castell

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