Lema

"Carthago delenda est - Ceterum censeo Carthaginem esse delendam"

miércoles, 11 de noviembre de 2015

¿Y SI SE ELIMINARA EL REQUERIMIENTO DE EDAD EN LOS CURRICULUM?



            No soy un especialista en recursos humanos, lo que no me impide cuestionar y despertar mi inquieta curiosidad, sobre cuáles son los criterios, que reiteradamente se establecen para filtrar los candidatos en España, para ocupar una determinada posición empresarial. Requerimiento éste, prohibido, en muchos de los países de nuestro entorno.

            El otro día, me relataba un amigo, que hace poco invitó a sus compañeros de trabajo a una cerveza para celebrar su cumpleaños. Estos descubrieron que él, era sensiblemente el más “viejo” de la Organización. Un “uncommon case”, una brecha en el sistema de los RRHH de difícil entendimiento, pintoresco, incluso podríamos definir como “tropical”, que en muchas compañías extranjeras de nuestro entorno, pasaría por anecdótico e incuestionablemente carente de relevancia…

            ¿Qué lleva a nuestras empresas y “cazatalentos” a fijar, casi con “religiosidad” éste apriorismo?.¿Quién redacta y fija las prescripciones?.¿Cómo se establece la idoneidad del candidato, el  “filtrante” y al entrevistador?.

            “Senior” - “Senior menor de 35 de años” - ”Con más de 10 años de experiencia relevante” - “Acostumbrado a la dirección de equipos y a la resolución de conflictos” - “Profesional contrastado con claro interés en el desarrollo profesional” - “Socio director, recién licenciado”…

            Reclamos a mi modo de ver muchas veces contradictorios, que desvalorizan el perfil y objetivo del puesto a cubrir. Pero que evidentemente, deben responder a una clara justificación y objetivo que sigo intentando entender...
           
            Descartaría apriorísticamente los criterios económicos o fiscales, salvo en el caso de los convenios universitarios y los “acuerdos” intercolegiales. Proveedores estos, desgraciadamente, de una ingente cantidad de mano de obra, generalmente cualificada, pero de incierta muchas veces definición de cometidos, aun siendo “estructuralmente” rentables. Digo estructuralmente rentables, que no efectivas, pues productividad y competitividad en el desempeño, no pueden estar reñidas con torticeras “ayudas” puntuales en los “recibos laborales”, que generalmente no suponen mayor beneficio que su mención y el rédito político del “anunciante” o prescriptor a corto plazo. Muchas veces llenamos los departamentos de individuos, más que de profesionales productivos.

            Si es la vida profesional la que resume dedicación y experiencia, encontraríamos una de las primeras incongruencias. Si la responsabilidad y madurez emocional, sin ánimo de estratificar la competencia durante la implicación en la vida laboral, otra. Cuestiones de salud, absentismo, estabilidad social, capacitación y actitud hacia los desempeños, serían objeto de otro tipo de análisis y estratos de los procesos de selección…

            Si buscamos la proyección del individuo, me resultaría cuanto menos cuestionable, en una cultura en la que el concepto de interinidad ya no existe y la evolución empresarial y personal, están más orientadas hacia la reconversión y el cambio interempresarial e intersectorial continuo.

            Quizás, entonces, sea la necesidad de “fidelizar” por dependencia, por inmersión en el propio modelo evitando posibles distorsiones comparativas, por la compartimentación y blindaje de cometidos, la potencial maleabilidad del candidato, o bien ante la previsión de la rápida obsolescencia del rol, …

            Los hasta hace pocos años “Senior”, 40-55 años, hoy responden más al ámbito de los “Half-Lord” ambiguamente y casi socarronamente denominados "Seniorities" y su capitalizado bagaje profesional, parece sólo estar destinado a complementar los currículum concursivos que necesiten justificar la solvencia profesional de las empresas, los gabinetes de crisis o al autoemprendimiento.

            Por todo esto  y sin querer extenderme más que en éstas pequeñas pinceladas, cuando escucho a compañeros hablar de fallidos procesos de selección, por la irremisible barrera del requerimiento de edad: alguien más joven… con menos capacidad de organización… que no provoque conflictividad por desequilibrio emocional en la estructura de mando…, no puedo más que sorprenderme y preguntarme, si lo que estamos planteando, es convertir los recursos de nuestras empresas en “colas de cometa” en vez de en “vanguardias de leones”…

            Solo nos falta ya, que a nivel concursivo, se primen las ofertas de las start-up y empresas, cuyo accionariado, consejo directivo y personal, no supere determinada media de edad o experiencia…

            Un cordial Saludo


                                                          
                                                                                  Martin Sainz-Trápaga y Castell